dimarts, 22 de març del 2011

405-No enojar a los viejitos


> Una viejita va al supermercado y pone en su canasta las latas más
> caras de comida para gatos. Ya en la caja, le dice a la cajera:
>
> Yo sólo compro lo mejor para mi gatito.
>
> La cajera le responde:
>
> Lo siento, pero no podemos venderle comida para gato sin que compruebe
> que tiene un gato. Muchos ancianos compran comida para gatos y luego,
> por necesidad, ellos mismos se la comen. La gerencia necesita una
> prueba de que realmente usted tiene un gato.
>
> La anciana se va a su casa, toma a su gato, lo mete en un maletín y
> regresa al supermercado para comprobarlo. Le venden las latas.
> El dia siguiente, la misma viejita va al súper y compra 12 galletas
> para perro. La cajera le exige la prueba de que tiene un perro,
> aduciendo que muchos ancianos llegan a comerse la comida para perro.
> Frustrada, la viejita va a su casa y regresa con su perro; al fin, le
> venden las dichosas galletas.
> Un día después la señora regresa al súper, y lleva una pequeña caja
> con un hueco en la tapa. Al entrar, se acerca a la cajera y le pide
> que meta un dedo en el hueco de la tapa. La cajera dice:
>
> No... quizás ahí usted tenga una serpiente.
>
> La anciana le asegura que en la caja no hay algo que muerda. Entonces,
> la cajera mete el dedo... e inmediatamente lo retira y le grita a la
> viejita:
>
> ¡Esto es mierdaaa!
>
> La viejita, con una sonrisa de oreja a oreja, le dice a la cajera:
>
> Es cierto, querida. Y ahora... ¿puedo comprar cuatro rollos de papel
> higiénico ?
>

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