diumenge, 7 d’agost del 2011
512-LA MONJA Y LA HOJA DE HIGO
Una monja, apretando las piernas para no orinarse,
entra un restaurante de "Hooters" que explotaba con musica alta
y, de vez en cuando, las luces se encendían y apagaban.
Cada vez que las luces se apagaban, la muchedumbrer lo festejaba con altos gritos.
Cuando los parroquianos ve a la monja, el salón se cunde un silencio absoluto,
a medida que élla se acerca al “Barman” y le dice si podría usar el baño.
“Por supuesto”, dice el “Barman”, para luego añadir:
“pero debo decirle que allí va a encontrar una estatua de un hombre desnudo, cubierto con una hoja de higo”.
“No hay problema, lo único que tendré que hacer es mirar al otro lado”, contesta la monja, mientras presurosa se dirige al baño.
Después de algunos minutos, la monja sale del baño, el salón está en tinieblas
y toda la gente irrumpe en un aplauso incontenible.
La monja, muy extrañada, se dirige huevamente al “Barman” y le dice:
“Qué es lo que sucede? Qué le pasa a toda esa gente que me aplaude por tan sólo por haber ido al baño?
“Bueno”, dice el “Barman”, “es que ahora saben que usted es una de nosotros. ¿ Le gustaría un traguito?”
“No, gracias!!! dice la monja, quien luego continua intrigada: “Aún no entiendo todo el alboroto”.
“Bueno, se lo voy a explicar”, dice el “Barman”: “cada vez que alguien levanta la hoja de higo se apagan las luces….”.
Bueno, socia, ahora si se sirve un traguito?
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