Donde dije digo,
digo Diego. El refranero español es sabio y aplicable a numerosas situaciones
de la vida, especialmente de la vida pública, la política, esa profesión que en
España parece haberse convertido en una
fábrica de mentiras y medias verdades.
Si hace cuatro
años, cuando estaba en la oposición, decía una cosa, ¿por qué no iba a poder
llevar a cabo la contraria si ahora estoy en el Gobierno y tengo mayoría
absoluta? Una cosa es ser un aspirante
al poder y otra muy distinta ser el jefe. Rajoy es buena
muestra de ello. De todo lo que exigió el gallego a Zapatero cuando estaba a
los mandos, poco ha rescatado durante su gestión. Ya se sabe: consejos doy que
para mí no tengo.
1)
Subir el IRPF
Septiembre de
2009. El Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero anuncia una subida de
impuestos y el PP se tira a su yugular. Marianico, ni corto ni perezoso, salió
diciendo que era una medida
“perjudicial, innecesaria y profundamente insolidaria”, que se
ponía en marcha para que los españoles pagasen las “chapuzas” del PSOE. Todo lo
contrario que sus reformas fiscales justas y necesarias (pese a que incumplen
descaradamente el programa electoral que votaron diez millones de personas).
2)
Reformar la ley electoral a pocos meses de las elecciones
“Un cambio en las
leyes electorales ya lo han utilizado personajes en la historia… Me refiero a
Mussolini y a Hitler”. No es esta una frase pronunciada por el rojerío patrio
para zaherir al Gobierno, empeñado al parecer en cambiar las reglas del juego
electoral para cortar las alas a un Podemos que vuela cada vez más alto. No,
son palabras de María Dolores de Cospedal, número dos del PP. ¿Sorprendido?
Pues resulta que su jefe, el señor Rajoy, también dijo en febrero de 2013 que
“cualquier modificación de la
Ley Electoral se haga con un gran consenso”. Y ahora está
sobre la mesa una reforma ‘pucherazo’, tirando de mayoría absoluta. ¡Viva la coherencia!
3)
No más IVA
“La subida del
IVA es el sablazo que el mal gobernante le pega a todos sus compatriotas”.
Aunque cueste creerlo, esta frase salió de
la boca de nuestro amado líder, Mariano I de España. Era 2010, y no solo
era fácil criticar las subidas de IVA, sino que, además, los
populares se animaban a recoger firmas en contra de un incremento de este
impuesto. Aquellas críticas dejaron una
buena cantidad de vídeos protagonizados por líderes del partido de Rajoy
protestando por la subida del IVA. Luego llegaría la
subida (im)popular del Impuesto sobre el Valor Añadido. ¿Coherencia? ¿Qué
es eso?
4)
A Merkel, ni agua
El alegre y jovial Rajoy era de verbo suelto antes de
ganar las elecciones. No le costaba abrir la boca para quejar por esto o por aquello
otro, sin medir lo que pudiera pasar si ganaba las elecciones. A comienzos de
2011 el bueno de Mariano
le echó en cara a Zapatero que hiciera caso a lo que dictaban “desde fuera”.
Esta clara
referencia a las directrices europeas seguro
que no afectó a las relaciones del bueno de Mariano con los líderes europeos.
Y, claro, el pétreo Mariano nunca ha hecho lo que le han dicho desde Europa. Él
se limita a dar paseos campestres con Merkel, tal y
como hizo hace apenas una semana.
5)
La luz, quieta
El Gobierno de
España presidido por Zapatero decide subir la luz y el misericorde Mariano se
lamenta porque los socialistas no tienen “un detalle de cariño con los
contribuyentes ni en Navidad”. Debe ser que el actual presidente ve bien la
subida de la luz en cualquier época del año salvo en Navidad, porque él no ha dudado en subir su precio.
De hecho, con
Rajoy sube más cada año que con Zapatero, y mira que tanto él como el resto
de la cúpula de su partido insistían desde
la oposición en que los socialistas dejaran quieta la luz.
6)
Nada de endeudarse para salvar a las Comunidades Autónomas
Otro titular incomprensible:
“Rajoy
acusa al Gobierno de financiar a las CCAA con endeudamiento”. Aquel alocado
año 2008, en el que Rajoy ejercía la
oposición con el cuchillo entre los dientes. Sin embargo, con
las vueltas que da la vida, cuatro años y un cambio de gobierno después, un
simple paseo por el BOE servía para descubrir que no había nada nuevo bajo el
Sol. Rajoy hacía lo que criticaba mientras
la deuda española subía como la espuma.
7)
¿Recortar en derechos sociales? ¡Jamás!
Aquellos tiempos
en que, después de exigir al Gobierno de ZP un recorte en el gasto público, el
bueno de Mariano dijo al PSOE que se habían equivocado. Que cómo tenían las
desfachatez de meter la tijera en las partidas destinadas a racionalizar el
gasto farmacéutico, reducir la oferta de empleo público o revisar las
pensiones. “Señor presidente del Gobierno: el
mayor recorte de derechos sociales de la democracia es el que nos trae usted”,
llegó a decir nuestro honorable presidente del Gobierno. Esa misma frase le
vendría a él como anillo al dedo. Pero, al parecer, su corta memoria pronto se olvidó de esas exigencias
a Zapatero cuando tuvo que acometer fuertes
recortes en educación, sanidad y justicia.
8)
Los grandes defensores de los trabajadores
Entre pamplina y
pamplina, y siempre desde la barrera de la oposición, los secuaces de nuestro
amigo Mariano criticaron la reforma laboral que comenzó a fraguarse en la etapa
de Zapatero. Porque, como ellos bien sabían, ciertas cosas no se estaban
haciendo como debían de hacerse. González Pons llegó a decir: “el
Partido Popular no va a apoyar abaratar el despido en ningún caso”. Y,
efectivamente, no lo hizo. Ya llegarían ellos, cuando tuvieran las riendas del
poder, para
golpear duramente a los trabajadores reduciendo las indemnizaciones por
despido, quitando derechos a los
empleados y permitiendo a los empresarios hacer y deshacer a su antojo.
9)
“Antidemocrático”
Por descabellado
que parezca, hubo un tiempo en que el bueno de Mariano Rajoy I de España se
quejaba porque el Gobierno de su archienemigo, José Luis Rodríguez Zapatero, vetase
una propuesta parlamentaria del PP. ¡Inaceptable! Y más cuanto su partido trataba
de detener una subida de impuesto. ¡Menudo malhechor! Quizá sí que os resulte
más familiar la aprobación de leyes a golpe de decreto, tan propia del Gobierno
de Rajoy o el
veto a todas las iniciativas vinculadas con la corrupción. Y es que no todo el mundo está preparado para vetar.
Hay que tener estudios.
10)
A los bancos, ni caso…
Nuestro gran
líder lo tenía bien claro: “No
daré nunca dinero público para ayudar a los bancos”. Y se mantuvo firme. No
vaciló ni un solo instante y cumplió a rajatabla con esta promesa de campaña. Y
ahí están los bancos, que han tenido todos que echar el cierre por falta de
liquidez. Ah, no, espera. Que al final, con Marianico en el poder, España
acudió al rescate bancario europeo para dar 61.000 millones a los bancos.
¿Cómo? Es verdad, también dio por
perdidos los más de 30.000 millones que utilizó para salvar distintas
entidades. Pues eso. Firme en su postura de no cumplir ni una
palabra de aquello que dijo en su día.
Y encima, si se les quiere echar del Gobierno, vas, presentas la petición, ¡y no te la admiten a trámite! ¡Ole la Democracia Española! ¡Hasta Islandia (322.000 habitantes) nos tiene que dar lecciones de lo que es Democracia, que echaron a un gobierno y encima, metieron a su presidente en la cárcel!
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