La “sectorial de
Defensa” de la Assemblea Nacional Catalana (ANC) cree que Cataluña necesita un
Ejército para ser un Estado como los demás, unas Fuerzas Armadas por Tierra,
Mar y Aire, así como un servicio militar que prevé voluntario y unos planes de
contingencia en caso de ataque militar de un país vecino, tal y como revelaron
recientemente algunos medios. Para ello se pretende investir con el cargo de
general al presidente de la Generalitat Artur Mas y que incluso éste reciba
formación militar por parte de asesores procedentes de West Point, considerada
la escuela militar más prestigiosa del mundo.
La Assemblea se
plantea incluso la construcción de una academia naval de oficiales, la
adquisición de fragatas, corbetas, drones y patrulleras y la creación de un
“comando central”. Así lo recomiendan los “expertos” de la anónima sectorial
“Defensa per la independència” de la ANC.
Informa LD que el
documento titulado “Un análisis estratégico” da las pautas generales y tras una
descripción geoestratégica de Cataluña apunta: “A corto plazo no es previsible
que ningún Estado nos declare la guerra ni declarar nosotros la guerra a ningún
Estado, ya que la guerra de agresión, desde las Convenciones de Ginebra de 1949
y, sobre todo, desde el fin de la Guerra Fría ya no se consideran un
instrumento legítimo de política internacional ni una amenaza inminente, al
menos no de forma conspicua”.
Sin embargo, en
un papel posterior titulado “Doctrina militar: desarrollo de un modelo propio”
advierte de que en el contexto mundial actual “la doctrina para unas fuerzas de
defensa que hemos esbozado sería válida y la ciudadanía de Cataluña no debería
preocuparse de la defensa de la independencia, de la integridad y de la
soberanía del Estado -su existencia misma-, que estaría asegurada por el
reconocimiento mutuo y las alianzas establecidas con otros estados. No
obstante, todos los estados del mundo retienen una capacidad de disuasión ante
amenazas (más o menos concretas) a su existencia. Por tanto, tendríamos que
plantearnos cómo hacer frente a una agresión convencional, una guerra en el
sentido clásico”.
¿Guerra? La ANC
fija el enemigo en los estados vecinos y advierte: “Dadas las características
de Cataluña y la desproporción respecto de los estados vecinos, consideramos
inviable la opción de un enfrentamiento simétrico, ya que la escalada
armamentística necesaria para alcanzar una dimensión capaz de hacer frente a
esa contingencia es poco justificable. Ante una guerra de agresión contra
Cataluña, llevada a cabo por un estado de una dimensión desproporcionadamente
más grande, pensamos que lo más idóneo sería una estrategia de defensa en
profundidad”.
¿Defensa de
profundidad? A partir de aquí el documento entra en una fase “práctica”. “Por
esto -continúa el texto-, además de las unidades de militares profesionales a
tiempo completo, serían necesarias unidades de reservistas capaces de
movilizarse de manera rápida en caso de necesidad. Así, las unidades regulares
tendrían la misión de detener tanto tiempo como fuera posible el avance de las
fuerzas invasoras, para dar tiempo a las fuerzas reservistas a movilizarse y
dispersarse por el territorio, asumiendo que las grandes ciudades serían
difícilmente defendibles. Las unidades de reservistas, con el apoyo de las
unidades profesionales supervivientes, emprenderían entonces una guerra de
guerrillas (emboscadas, sabotaje, incursiones, golpes de mano) con el objetivo
de hostilizar y diezmar al ocupante y hacer insostenible la ocupación a largo
plazo”.
De vuelta al
mundo real, el documento se plantea cómo movilizar a los reservistas necesarios
y de dónde sacar a los militares profesionales. La solución es simple, el
voluntariado patriótico. “En este sentido, recogiendo la tradición propia de
las estructuras de autodefensa, creemos que sería conveniente establecer un
servicio militar voluntario, abierto a cualquier persona que reúna unos
requisitos físicos y psicológicos. Este servicio militar voluntario por un lado
serviría para capacitar militarmente a la ciudadanía que, después del servicio,
podría pasar a formar parte de las unidades de reservistas y, por el otro
(lado) sería la puerta de entrada obligada para acceder a las unidades
regulares”.
Según el
presidente de la Generalitat, Artur Mas, la ANC representa el sentir
mayoritario de los catalanes y es la que lidera el proceso que le ha obligado a
convocar un referéndum.
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