«Una red organizada de tipo familiar para el cobro de comisiones». Así
de contundente se muestra la Udef para referirse a los miembros del clan de los
Pujol, que, juntos o por separado, llevan años manejando una fortuna
considerable en paraísos fiscales. A pesar de las evidencias incriminatorias,
lo único que ha reconocido el patriarca de la familia es que no pagó impuestos
por la herencia de su padre. Ello queda en entredicho por la investigación del
Servicio de Blanqueo de Capitales, que cifra en más de 500 millones el dinero
que han movido a través de cuentas opacas en sucesivas operaciones. Y el
hecho es que no sólo no se ha efectuado ninguna detención sino que, además, ni
tan siquiera se han tomado medidas cautelares contra ninguno de ellos.
En el informe de la Policía que publicamos quedaba acreditado que
Jordi Pujol Ferrusola, el hijo mayor del clan, recibió, entre 2006 y 2009,
710.000 euros en comisiones de FCC a través de su testaferro londinense. Y
ayer nuestro periódico revelaba la existencia de facturas falsas cobradas por
el mismo fiduciario bajo la rúbrica de «asesorías sanitarias». Que sepamos, la
Justicia sigue sin reaccionar ante estas revelaciones.
Es cierto que Pujol Ferrusola está imputado por la Audiencia Nacional
por blanqueo de capitales y delito fiscal, y que Oleguer, el menor de los
hermanos, fue detenido fugazmente durante el registro de su domicilio, pero el
tratamiento privilegiado que la Justicia les está dispensando, tanto a los
hermanos como a la madre, Marta Ferrusola, empieza a ser escandaloso. Otros imputados
como Bárcenas, Rodrigo Rato, Francisco Granados o, recientemente, el delegado
del Gobierno en Valencia, Serafín Castellano, con delitos de menor entidad que los de los Pujol, han pagado ya un precio bastante
más alto que ellos.
FCC, cuya
cotización lleva dos días cayendo en contraste con la subida del conjunto del
Ibex, ha reconocido los pagos y ha abierto una investigación interna para
determinar si se trata de comisiones o de trabajos auténticos de asesoría, lo
cual es inverosímil.
Todo ello debería servir para que la Audiencia Nacional acabara con
la impunidad de la que han gozado hasta hoy Jordi Pujol y su familia,
que siguen apelando a lo que representan en Cataluña para obstaculizar la
acción de la Justicia.
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