MARIANO Rajoy viene excusando su inacción política en el Gobierno,
entre cuyas manifestaciones destaca la impunidad del golpe de Estado de la
Generalidad de Cataluña, en la necesidad de rescatar la economía de la pésima
situación en que la dejó Rodríguez Zapatero. «La Economía es lo único
importante», ha repetido infinitas veces el presidente del Gobierno,
despreciando la institución puramente política del Poder Ejecutivo que él
encarna. Con la excusa de atender a la economía, Rajoy traicionó todas sus
promesas políticas. Y ayer, Montoro confirmó que también ha incumplido todas
sus previsiones económicas.
Como nos hemos instalado, gracias a Mariano y a
una ley electoral infame, en una permanente campaña electoral que, de momento,
dura seis meses pero que podría durar años, conviene recordar las cuatro
promesas del programa electoral del PP, que se tradujeron en la mayoría
absoluta de noviembre de 2011: bajada de impuestos y control del gasto público,
independencia del Poder Judicial para combatir la corrupción política, luchar
contra el separatismo catalán y liquidar el pacto de Zapatero con la ETA, Esas promesas las
ratificó Rajoy solemnemente en su discurso de investidura y las respaldó su
primer ministro de Justicia, J. Ruiz Gallardón, con una frase que, apenas
pronunciada, estaba pidiendo mármol: «Vamos a acabar con el obsceno espectáculo
de los políticos nombrando a los jueces que pueden juzgar a esos políticos».
Pocos
meses después el PR con mayoría absoluta, pactó con todos los partidos -salvo
UPyD- el reparto del CGPJ, garantizando la impunidad judicial de la corrupción
política. De combatir al separatismo catalán, que se lanzó abiertamente al
golpismo, pasamos a financiarlo. El cumplimiento íntegro de las penas por los
terroristas devino suelta masiva de etarras, con Bolinaga al frente. Y tras la
mayor subida de impuestos de la historia, Rajoy ha incumplido todos los años el
objetivo de déficit pactado con la UE, base del rescate financiero que necesitó
España. Hemos pagado más que nunca, pero los políticos han derrochado como
siempre. Y el que más, Rajoy. Ayer, Montoro dijo que va a embridar el derroche
autonómico. Y lo dice después que De Guindos pactara con Puigdemont la
financiación del golpismo catalán. La herencia de Mariano será la de ZP:
déficit y deuda.
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