LAS DIFICULTADES ECONÓMICAS QUE sigue teniendo la Generalitat deberían
preocupar mucho más que la moción que parece que decidirán tirar adelante el
Govern y la CUP en el Parlament sobre la desconexión o no con el Estado. El
Banco Central Europeo ha decidido excluir los bonos de la Generalitat en su
intención de comprar activos para dinamizar la economía europea. En cambio, el
BCE sí se ha decidido por la adquisición de emisiones de las comunidades de
Madrid, Valencia o Andalucía, entre otras.
Lo que llega desde los mercados europeos es que la economía de la
Generalitat está por los suelos. Pura basura. Menos mal que las empresas
catalanas mantienen el tipo en el mundo. La crisis les puso las pilas a la
mayoría y es envidiable el resurgir y la consolidación que se ha visualizado
en los resultados de cada una de ellas. Pero una cosa es el excelente trabajo
del entramado de empresas catalanas internacionales y la otra la deuda pública
que arrastra la Generalitat desde hace años y el aparente nulo interés por
solucionar temas de solvencia. Y es que las prioridades de los dos últimos
gobiernos se han focalizado no tanto en equilibrar los excesos, sino en
excederse en delirios de estado.
Àlex Sàlmon
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