PUES NO, en
España no ha habido crisis bancada. Esa expresión es una falacia inventada por
políticos y sindicalistas para maquillar sus abusos en las Cajas públicas. Los
Bancos españoles no han necesitado un solo euro de rescate. Están reconocidos
entre los más sólidos de Europa. La auditoría de Oliver Wyman, tan severa que
hubiera comprometido incluso a algunos Bancos alemanes, otorgó nota
sobresaliente a nuestra Banca. Desde el gigante Santander; al que Emilio Botín
instaló en el top ten del
mundo, hasta las entidades de tamaño medio como la March, gestionada con
eficacia por una familia sabia y seria, el sistema bancario español está
considerado en Occidente como un ejemplo a seguir.
Lo que ha
fallado en España, y de forma estrepitosa, ha sido la gestión no profesional
de algunas Cajas públicas, zarandeadas por la voracidad de políticos y
sindicalistas. No, no ha habido crisis bancaria. Ha habido crisis de numerosas
Cajas en las que políticos y sindicalistas se han regalado con sueldos
rientes, opulentos blindajes e indemnizaciones desmesuradas; en las que han
colocado a sus parientes, amiguetes y enchufados; en las que han otorgado créditos
sin avales solventes a sus paniaguados. Políticos y sindicalistas convirtieron
a una serie de Cajas públicas en negocios ruinosos que ha sido necesario
rescatar con el dinero de todos y que se han reconvertido luego en Bancos
gestionados profesionalmente. Los jetas de las tarjetas negras solo son la
punta del iceberg de las tropelías de políticos y sindicalistas. Frente a sus
atropellos, la gestión profesionalizada, por poner un ejemplo relevante,
instaló a La Caixa entre las entidades más solventes del mundo y a su
presidente, Isidro Fainé, en lugar de cabeza entre los gestores europeos.
He leído con satisfacción
pero sin asombro los resultados del primer semestre de Bankia. La antigua Caja Madrid fue una entidad
próspera hasta su último gestor profesional, Jaime Terceiro, cuya presidencia
fue reconocida por todos como excelente. La politización y sindicalización
posterior convirtió a Caja Madrid en una ruina sin paliativos. La solución a
las tropelías y los desmanes ha tenido nombre propio: José Ignacio
Goirigolzarri, un profesional acreditado de la Banca, con larga y fecunda experiencia,
que en solo tres años ha devuelto a la antigua Caja Madrid a la prosperidad,
consolidando a Bankia entre las primeras entidades financieras europeas. Ha
bastado una gestión seria y profesionalizada para transformar una entidad
ruinosa en un solvente negocio. Las cifras son muy tozudas. Frente a los
números rojísimos de hace unos años, la gestión de Goirigolzarri al frente de
la antigua Caja Madrid ha transformado la ruina anterior en unos resultados que
consolidan beneficios crecientes y que en el primer semestre de este año se
han elevado a 556 millones de euros. No reconocer esta realidad significa sumarse
a la trampa semántica de los políticos ineptos y los sindicalistas voraces que
ha blan de crisis bancaria cuando solo ha habido crisis de las Cajas por
ellos administradas. Hemos padecido la gestión atroz que políticos y
sindicalistas hicieron de muchas Cajas públicas, entre ellas Caixa Catalunya,
Caixa Tarragona, Caixa Manresa, Caja Madrid, Bancaja, Caja Murcia, Caixa
Penedés, Caja Granada, Cajastur, Caja de Extremadura, Caja España, Caja
Cantabria... Un río, en fin, de incesantes desmanes.
Luis María Anson, de la Real Academia
Española
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