dimarts, 5 de maig del 2015

1711-La peor corrupción

I qui  és de que la major part de coses que diu aquest article, ja fa temps que ja ho va escriure?


Doncs en Pere Pi, naturalmente!

"No sé si hay delito en que las empresas donde trabajan algunos familiares de Mas incremen­taran su facturación a la Generalitat cuando su pariente llegó a presidente. Pero sería en cualquier caso un detalle al lado de todas las formas de corrupción, políticas, económicas y morales, que Mas ha ejercido hasta ahora contra los catalanes.
La primera corrupción fue saquear con Za­patero el Estatut que el Parlament aprobó en septiembre de 2005, a cambio de que el enton­ces presidente del Gobierno le asegurara a Mas la Presidencia de la Generalitat. Mas cumplió con su parte del saqueo, pero Zapa­tero como siempre faltó a su palabra y el se­gundo tripartito fue una realidad.
La segunda corrupción -en orden de apa­riencia en nuestras vidas- fue saber que el que había sido conseller de Economía y conseUer en cap del presidente Pujol tenía firma en la cuenta opaca de su padre. Luego vino lo de La Vanguardia y los millones de euros que Mas muy personalmente decidió dedicar a mayor gloria de sus intereses electorales, compran­do con dinero público los favores del grupo mediático de Javier Godó, conde de Godó y Grande de España, quien no reparó en difun­dir toda clase de propaganda secesionista una vez satisfecho el precio acordado
Que la sede de Convergencia esté embar­gada por corrupción no es ajeno a Mas, tal como la financiación irregular del partido no es ajena a sus campañas presidenciales. Pue­de hacerse todo lo que quiera el despistado pero yo estuve allí y vi lo que vi. «Acordate de esas noches y esos días/ por las mesas desfi­laban los millones/ yo jugaba como un loco y te quería/ nuestra carta favorita era el dos de corazones».
Luego vino la campaña de 2012, en que quería captar el voto independentista pero sin llevar la independencia en el programa, para engañar y retener a sus votantes más tradicio­nales. FUe una mentira de todos los tiempos, sólo comparable a la del referendo del 9 de noviembre. Lo rebajó y desactivó hasta con- vertirio en una pantomima, en un engaño ma­sivo para entretener a un pueblo que prefiere ir al circo a afrontar el desafío, y que natural­mente acudió entusiasmado a la inútil cita.
También es corrupción jugar con la buena fe de tu gente, y Mas, excitando la baja pasión que el catalanismo emocional siente por tar­des de ganchitos y Fanta, ha llevado a hacer el ridículo a buena parte de sus conciudadanos.
Su penúltima corrupción no ha podido de momento consumarla pero yo creo que está todavía a tiempo de llevarla a cabo. Es la de presentarse a las próximas elecciones sin opo­sición, con esa lista única que implica el suici­dio de quien puede ganarte.
Y todo ello podríamos sin embargo atribuir­lo a la inevitable imperfección humana -como hacemos con Rajoy- si a cambio nos ofrecie­ra algo más importante: una obra de gobierno sólida y respoasable, unas reformas económi­cas en la correcta dirección, o simplemente una articulación política convincente y eficaz del catalanismo, y no este insaciable ritual pro­vinciano de caspa y tara en el que vive perma­nentemente instalado.
La peor corrupción de Mas está en su estre­chez de espíritu, en su mediocridad, en su hu­millante agresión a lo que dice defender; en su desierto moral. A Mas le falla el amor, ese amor que es el revulsivo de cualquier victoria y de cualquier libertad.
La propina de sus familiares, qué quieres que te diga. Por mí se la puede hasta quedar.

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