Josep Tarradellas, ex presidente de la Generalitat, aconsejó a su
sucesor, Jordi Pujol, que dimitiera de su cargo cuando el fiscal general del
Estado presentó una querella contra 25 ex directivos de Banca Catalana, entre
ellos el propio Pujol, y le ofteció, si así lo hacía, su apoyo y una
declaración pidiéndole que regresara. Pujol negó la veracidad de esta
afirmación. En unas declaraciones hechas a un grupo de periodistas barceloneses
el jueves por la noche, Tarradellas afirmó: "La gente se olvida de que en
Cataluña gobierna la derecha; que hay una dictadura blanca muy peligrosa, que
no fusila, que no mata, pero que dejará un lastre muy fuerte".
En su larga conversación con el Grup Periodístic Barcelona,
Tarradellas repasó temas como Banca Catalana, referéndum de la OTAN, las
políticas de Felipe González y Jordi Pujol, la división territorial de
Cataluña, la política de movilizaciones populares y, en última instancia,
reiteró su versión de los hechos del 23-F.Al analizar la situación por la que
atravesaba Cataluña, el ex presidente dijo que toda la acción de gobierno que
desarrolla Jordi Pujol estaba impregnada de una filosofía: "Nosotros somos
formidables y Madrid siempre se equivoca".
Josep Tarradellas explicó por primera vez una conversación que
tuvo con Pujol a raíz de la presentación de la querella contra 25 ex directivos
de Banca Catalana, entre ellos el actual presidente de la Generalitat. "Yo
le dije que dimitiera", dijo Tarradellas, "pero prefirió plantar cara
y no me hizo caso".
Herida abierta
Tarradellas mostró también su confianza en que a Pujol no le
pasará nada: "Por sentido común no creo que le procesen% dijo en esas
declaraciones. A diferencia de tiempo atrás, Tarradellas y Pujol también habían
coincidido en actos públicos, como en la inauguración del mausoleo al ex
presidente de la Generalitat Lluís Companys, y han sido fotografiados juntos y
muy sonrientes.
En la situación política de entonces, Tarradellas propone que
Pujol delegue funciones en un conseller de la Generalitat, "que muy bien podría
ser el de Gobernación, Macià Alavedra". "Así, Pujol podría dedicarse
más a hacer de presidente".
Negó que fuera real la sensación transmitida por los naciónalistas
vascos y catalanes de que Adolfo Suárez era más autonomista que Felipe
González. "Lo que pasa es que Suárez asimilaba mejor lo que se le
decía". Se mostró contrario a la advertencia de Jordi Pujol de movilizar
al pueblo de Cataluña, según fuera el desarrollo del Estatut. Sobre el
referéndum de la OTAN reiteró que era un error y avanzó que muy probablemente
él no iría a votar.
Sobre su polémica con el dirigente del Partido Nacionalista Vasco
Xavier Arzallus, Tarradellas -reiteró que España sigue teniendo un cáncer, el
País Vasco, ya que el Gobierno ni lo cura ni lo extirpa.
El 23-F y Milans
Uno de los temas que más preocupó a Tarradellas, "aunque cada
vez menos", era la posibilidad de que pudiera repetirse en España una
situación similar a la del fallido golpe de Estado del 23 de febrero de 1981.
Tarradellas, que se mostró firme defensor de un indulto a los inculpados en la
intentona golpista, relató cómo, en una entrevista que mantuvo en Madrid con el
entonces presidente del Gobierno, Adolfo Suárez, a raíz de la dimisión de éste
y pocas semanas antes del golpe, le transmitió toda su información de que
"el golpe se produciría". "Es muy grave pensar que Suárez y el
Gobierno sabían que algo se estaba preparando".
"Suárez parecía estar muy seguro de que nada pasaría, aunque
luego se equivocó", dijo, dando a entender que su información era más
fidedigna. El ex presidente de la Generalitat afirma que durante esas fechas se
entrevistó con el ex general Alfonso Armada. "Alfonso es un bon noi
(buen muchacho)".
Tarradellas declaró que siempre supuso que la intentona
fracasaría, sobre todo "al saber que estaba al frente Milans del Bosch.
Milans no era un general para hacer una revolución". Aunque, en su
opinión, los militares "estaban desmoralizados", añadió:
"Podemos estar tranquilos".
Por su parte, Jordi Pujol declaró tiempo después que Tarradellas
nunca le pidió que dimitiera cuando se presentó la querella de Banca Catalana:
"Nunca he hablado de este tema ni me ha pedido nada. Yo no he tenido una
conversación política con el presidente Tarradellas desde 1983. Es más, no he
tenido con él una conversación a solas desde aquella fecha". "Lamento
tener que decir que [las afirmaciones de Tarradellas] son absolutamente
falsas".
No sé què en pensareu vosaltres, però jo, tot i no fiant-me de cap
polític, en aquest cas i d’acord amb la historia recent, tinc tendència a creure’m
més a en Tarradellas, que a en Pujol.
L'expresident Tarradellas el va saber de seguida de quin peu calçaba en Jordi Pujol. Aquest darrer, sempre ha estat un expert en fer "la puta i la Ramoneta"!
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