dijous, 5 de novembre del 2015

2168-REPASSANT LA HISTORIA: TARRADELLAS ASEGURABA QUE EN CATALUÑA HAY "UNA DICTADURA BLANCA MUY PELIGROSA", REFIRIÉNDOSE A JORDI PUJOL

El Pais, 2 de noviembre de 1985


Josep Tarradellas, ex presidente de la Generalitat, aconsejó a su sucesor, Jordi Pujol, que dimitiera de su cargo cuando el fiscal general del Estado presentó una querella contra 25 ex directivos de Banca Catalana, entre ellos el propio Pujol, y le ofteció, si así lo hacía, su apoyo y una declaración pidiéndole que regresara. Pujol negó la veracidad de esta afirmación. En unas declaraciones hechas a un grupo de periodistas barceloneses el jueves por la noche, Tarradellas afirmó: "La gente se olvida de que en Cataluña gobierna la derecha; que hay una dictadura blanca muy peligrosa, que no fusila, que no mata, pero que dejará un lastre muy fuerte".
En su larga conversación con el Grup Periodístic Barcelona, Tarradellas repasó temas como Banca Catalana, referéndum de la OTAN, las políticas de Felipe González y Jordi Pujol, la división territorial de Cataluña, la política de movilizaciones populares y, en última instancia, reiteró su versión de los hechos del 23-F.Al analizar la situación por la que atravesaba Cataluña, el ex presidente dijo que toda la acción de gobierno que desarrolla Jordi Pujol estaba impregnada de una filosofía: "Nosotros somos formidables y Madrid siempre se equivoca".
Josep Tarradellas explicó por primera vez una conversación que tuvo con Pujol a raíz de la presentación de la querella contra 25 ex directivos de Banca Catalana, entre ellos el actual presidente de la Generalitat. "Yo le dije que dimitiera", dijo Tarradellas, "pero prefirió plantar cara y no me hizo caso".
Herida abierta
Tarradellas mostró también su confianza en que a Pujol no le pasará nada: "Por sentido común no creo que le procesen% dijo en esas declaraciones. A diferencia de tiempo atrás, Tarradellas y Pujol también habían coincidido en actos públicos, como en la inauguración del mausoleo al ex presidente de la Generalitat Lluís Companys, y han sido fotografiados juntos y muy sonrientes.
En la situación política de entonces, Tarradellas propone que Pujol delegue funciones en un conseller de la Generalitat, "que muy bien podría ser el de Gobernación, Macià Alavedra". "Así, Pujol podría dedicarse más a hacer de presidente".
Negó que fuera real la sensación transmitida por los naciónalistas vascos y catalanes de que Adolfo Suárez era más autonomista que Felipe González. "Lo que pasa es que Suárez asimilaba mejor lo que se le decía". Se mostró contrario a la advertencia de Jordi Pujol de movilizar al pueblo de Cataluña, según fuera el desarrollo del Estatut. Sobre el referéndum de la OTAN reiteró que era un error y avanzó que muy probablemente él no iría a votar.
Sobre su polémica con el dirigente del Partido Nacionalista Vasco Xavier Arzallus, Tarradellas -reiteró que España sigue teniendo un cáncer, el País Vasco, ya que el Gobierno ni lo cura ni lo extirpa.
El 23-F y Milans
Uno de los temas que más preocupó a Tarradellas, "aunque cada vez menos", era la posibilidad de que pudiera repetirse en España una situación similar a la del fallido golpe de Estado del 23 de febrero de 1981. Tarradellas, que se mostró firme defensor de un indulto a los inculpados en la intentona golpista, relató cómo, en una entrevista que mantuvo en Madrid con el entonces presidente del Gobierno, Adolfo Suárez, a raíz de la dimisión de éste y pocas semanas antes del golpe, le transmitió toda su información de que "el golpe se produciría". "Es muy grave pensar que Suárez y el Gobierno sabían que algo se estaba preparando".
"Suárez parecía estar muy seguro de que nada pasaría, aunque luego se equivocó", dijo, dando a entender que su información era más fidedigna. El ex presidente de la Generalitat afirma que durante esas fechas se entrevistó con el ex general Alfonso Armada. "Alfonso es un bon noi (buen muchacho)".
Tarradellas declaró que siempre supuso que la intentona fracasaría, sobre todo "al saber que estaba al frente Milans del Bosch. Milans no era un general para hacer una revolución". Aunque, en su opinión, los militares "estaban desmoralizados", añadió: "Podemos estar tranquilos".
Por su parte, Jordi Pujol declaró tiempo después que Tarradellas nunca le pidió que dimitiera cuando se presentó la querella de Banca Catalana: "Nunca he hablado de este tema ni me ha pedido nada. Yo no he tenido una conversación política con el presidente Tarradellas desde 1983. Es más, no he tenido con él una conversación a solas desde aquella fecha". "Lamento tener que decir que [las afirmaciones de Tarradellas] son absolutamente falsas".

No sé què en pensareu vosaltres, però jo, tot i no fiant-me de cap polític, en aquest cas i d’acord amb la historia recent, tinc tendència a creure’m més a en Tarradellas, que a en Pujol.
L'expresident Tarradellas el va saber de seguida de quin peu calçaba en Jordi Pujol. Aquest darrer, sempre ha estat un expert en fer "la puta i la Ramoneta"!

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