dijous, 12 de novembre del 2015

2195-EMPIEZA DE VERDAD EL BAILE

Es ahora cuando empieza de verdad el baile. Ahora que el Tribunal Constitucional ha sus­pendido la resolución independentista y ha advertido a 21 al­tos cargos de la Generalitat de que les llevará ante los tribuna­les por la vía penal si desobede­cen sus órdenes. Ahora que la vicepresidenta del Gobierno en funciones ha anunciado que ella y sus correligionarios van a ha­cer caso omiso -tal y como ya se han comprometido por escrito en esa misma resolución- de las órdenes del TC.
Ahora es cuando se pone, de verdad, en marcha la maquina­ria del Estado, que no puede de­tenerse mientras los insurrectos no cesen en su actitud, cosa po­co probable porque, en ese caso, sumarían al ridiculo supremo en el que ya están, y al total descré­dito internacional en el que ya han caído, el reconocimiento ex­plícito de su fracaso.
No se trata de ser alarmistas pero no se debe esperar que esta gente abandone su actitud. Están presos de su propia trampa y de esa pretendida astucia de la que se jactaba no hace tanto tiempo el pobre Artur Mas, que ya ofre­ce como cosa propia la fórmula de presidencia coral que al co­mienzo de las negociaciones se le había ocurrido a la CUP y que a muchos nos provocó una car­cajada. Qué exóticos, pensamos, estos tipos. Pues, nada, no hay problemas en ceder hasta la ver­güenza total, así que Mas ya asu­me como propia la fórmula, que consiste básicamente en que él permanezca como un pasmarote de adorno al frente de la Genera­litat y el Gobierno pase a varias manos: Junqueras, Romeva y Munté. Pues ni con esas le dan el pase los de la CUP Al final va a tener que tirarse por la ventana sin red y dejar pista libre para lo que la CUP ordene. Todo con tal de seguir adelante con este es­perpento que tiene estupefactos a todos los gobiernos democráti­cos del mundo que jamás de los jamases, ni ellos ni ninguno de los organismos internacionales, reconocería a esa Cataluña inde­pendizada a tortas con la ley y de espaldas al más elemental respe­to a las normas y a la realidad.
El hecho es que estos señores ya no pueden escapar del cepo que ellos mismos se han puesto. Y que ahora habrá que seguir con detalle las próximas decisio­nes que tome el Gobierno, que pasan necesariamente por no dar ni un paso atrás y tampoco detenerse en su acción. No sé cuánto falta para eso, pero se acerca el momento en que los Mossos d'Esquadra reciban la orden de intervenir contra Forcadell, la primera señalada por el TC, y contra los miembros de la Mesa del Parlament que la se­cunden en su actitud. Ese será un momento decisivo, porque del comportamiento de la Poli­cía autonómica dependerá la de­finitiva desautorización interna, catalana, de los responsables políticos que ahora mismo están en el poder. Conocemos la posi­ción de los representantes sindi­cales de los Mossos y son tran­quilizadoras. Pero también sa­bemos que sus mandos están en su mayoría seleccionados y si­tuados ahí por su obediencia a 1a causa independentista. No es descartable en absoluto un cho­que de obediencias dentro del Cuerpo. Pero si los Mossos se ponen efectivamente al servicio de lá legalidad, se habrá propi­nado al independentismo un golpe mortal que no hará sino rematar el descabello que le ha propinado el insólito editorial de La Vanguardia del pasado mar­tes, y el que le están sacudiendo, ahora, los empresarios asusta­dos. Con esos tres golpes el in­dependentismo se quedará sin aire y el Gobierno sólo tendrá que rematar sin llegar a mayo­res. Por mucha concentración popular que convoque la ANC en la plaza de Sant Jaume.

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