Cuanto más avanzan más se hunden. Están metidos
en un lago de arenas movedizas creado por ellos mismos y se comportan como
quien tiene la certeza de que no va a salir vivo de allí. De allí sus movimientos
desesperados y su afán obsesivo de alcanzar sus objetivos derribando todo
obstáculo que encuentran a su paso. Y eso que todavía se están moviendo en el
ámbito doméstico, que no otra cosa es el reglamento de su parlamento, pero
preparémonos para asistir a sus ataques a discreción y saltos en el vacío
cuando todos sus desmanes vayan siendo recurridos ante el Tribunal
Constitucional.
En el mundo del independentismo catalán no hay
regla que valga ni norma que no pueda ser incumplida en cuanto se oponga a la
voluntad política de alguno de sus componentes. Y ahí tenemos a la señora
Forca- dell, que lo ignora todo acerca del respeto al que los diputados de una
cámara legislativa son acreedores, pasándose por el arco del triunfo los
requisitos exigibles para convocar una Junta de Portavoces. Si ella confesó
públicamente que nunca pensó que llegaría a ser un día diputada, hay que decir
que nosotros tampoco y que el hecho de que la hayan elegido nada menos que
presidenta del Parlament demuestra en qué poco valoran los independentistas la
representación popular que se regula en cualquier democracia.
Pero no se le ha quedado atrás el señor Homs,
consejero de Presidencia de este dizque gobierno en funciones, cuando anuncia
que, pase lo que pase, el 9 de noviembre se votará la resolución secesionista,
pasándose él también por el mismo arco que Forcadell las mínimas normas de
respeto al funcionamiento de la Cámara.
Y no sólo eso: en una demostración
de grosería intelectual suprema, se refiere al respaldo ofrecido al presidente
del Gobierno por Pedro Sánchez y Albert Rivera para que defienda con su apoyo
la unidad de España, la soberanía nacional y el estado de Derecho, como un
acto en el que los dos líderes han ido «a hacerle la pelota» a Mariano Rajoy.
Este es el nivel de subsuelo político, democrático y ciudadano en el que se
mueven los independentistas. Es soez.
Y,
mientras, en CDC ni siquiera someten a votación el contenido del acuerdo de
secesión firmado con los de la CUP, o impuesto por ellos. Es la huida ciega
hacia la muerte. En Convergencia han asumido que si no sacan a Mas de presidente,
es decir, que si Mas se hunde en mitad del torbellino, el partido se hundirá
con él. Por eso, perdida por completo la razón, se mueven ya por las cloacas de
la política intentado escapar del fracaso, de la desintegración y, lo que es
más seguro de todo, de la apisonadora de la acción de la Justicia, que se
acerca inexorablemente a ellos y les está pisando los talones.
Este episodio va a pasar a la
Historia, pero no como gesta, como ellos mismos se dijeron en medio de su
frenesí, sino como esperpento. Y pensar que se atreven a apelar a la comunidad
internacional para que respalde las burradas que están cometiendo...
victoria prego
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