dijous, 24 de març del 2016

2572-LA CUP PONE A PRUEBA EL PLAN INDEPENDENTISTA

EL PROCESO independentista sigue su curso en Cataluña pero presenta las tibiezas que se po­dían esperar de la frágil unidad alcanzada por los partidos que defienden esta vía para romper con España. El espejismo inde­pendentista no ha sido más que una buena excusa para CDC pa­ra no perder cuotas de poder: la crisis pasó factura a todos aque­llos que gobernaban y se vieron obligados a acometer recortes presupuestarios y afrontar el cre­cimiento del paro y el empobre­cimiento de los ciudadanos. Que la culpa de todo sea de otro, y en concreto, del Gobierno español de turno, siempre ha salido ren­table para mantener la lealtad de los votantes que fueran conven­cidos por esta tesis. La deriva, con todo, obligó a CDC a buscar la alianza de ERC para hacer creíble el proyecto e, incluso an­te la pérdida de votos irremedia­ble de las últimas elecciones ca­talanas, a aferrarse a los radica­les independentistas de la CUP como un clavo ardiendo.

Con el Govern ya asegurado, las promesas pueden interpretar­se, aplazarse o incluso retorcer­se. Y la CUP, que ve los gestos erráticos del Ejecutivo de Puigdemont, evidencia los desen­cuentros que se producen dentro del grupo parlamentario de Junts peí Sí día tras día. Ayer, con el aplazamiento acordado por la Mesa del Parlament en la deci­sión sobre su propuesta de votar de nuevo la moción de la desco­nexión.

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