divendres, 2 d’octubre del 2015

2068-El CUPonazo

HAY QUE agradecer a las CUP su raudo paso del elogio a la ETA en la tierra de las víctimas de Hipercor al respaldo a la corrupción nacionalista catalana en nombre de la lucha contra el capitalismo. Ha bastado que Godó, el Juan March del separatismo, invitara a té con pastas a los fieros camiseteros para que se produjera un gesto entrañablemente navideño y genuinamente catalán: el acto de adhesión incondicional a la tribu y la asunción de todas las faltas como propias. Andan discutiendo en las cocinas de Junts peí 3% qué consejerías, gabelas y compensaciones pueden darles a estos feroces antisistema que se han lanzado en tromba a salvar al sistema. Se nota que Godó y demás son separatistas recientes, porque la solución está en el origen de todo: la CUP merece la presidencia coral de Banca Catalana.
Hace tres días Arcadi Espada resumía en su blog las contradicciones de esta alianza contra natura para hacer a Mas presidente de la Singularidad -nadie la llame Generalidad- tras un plebiscito que mostró la oposición de la mayoría de los catalanes a romper con el resto de España. Mas dice que quiere ser el país capitalista más próspero de Europa; las CUP, acabar con el capitalismo. Mas quiere todas las multinacionales en su Republiqueta, la CUP, echarlas. Mas, quiere la UE, la OTAN y el Euro.              
Las CUP, huir de esos engendros explotadores. Mas quiere un ejército; las CUP, la paz y el desarme (la ETA no cuenta). Mas, quiere aún más propiedad, incluida la de Suiza; las CUP, acabar con la propiedad. O sea: Gobierno y Antigobierno. ¿Y en qué queda la «democracia real, popular, horizontal, participativa, directa, activa e inclusiva» de las CUP? En apoyar al Hereu de los Pujol.

Al acto de adhesión del diputado Jódar a Mas en La Vanguardia le han , llamado, muy castizamente, «el jodarazo». Y para disimular la traición de las CUP a sus bases y la asunción de la transversalidad de la corrupción como única ideología del proyecto antidemocrático y liberticida contra más de la mitad de la población de Cataluña, proponen una «presidencia coral» de la Generalidad, con cuatro o cinco presidentes «de perfil bajo» que se alternarían en el cargo. Mas, de perfil subterráneo, es un fijo. Los demás podrían sortearlos semanalmente en la Tevetrés%. El concurso se llamaría, inevitablemente, El CUPonazo del Poder.

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