dilluns, 2 de novembre del 2015

2159-MAS, EL MENGUANTE

LA VANGUARDIA dio cuenta el viernes de la inquietud con que había transcurrido el consejo ejecutivo del martes cuando se pa­só a los reunidos la resolución que JxS y la CUP acababan de registrar en el Parlamen­to. Hubo protestas de distinto calado entre los consejeros. Mas-Colell, tras la lectura:
«¿Pero esto qué es?», dijo justamente estu­pefacto. Suele pasarles a gentes competen­tes que ponen sus competencias al servicio de otras gentes que no lo son. Acabará co­mo su modelo, Pedro Solbes, escribiendo unas memorias de descargo de todo lo que tuvo que hacer por culpa de la indigencia de su mandante.
Los consejeros Irene Rigau y Felip Puig aceptarán lo que haga falta, porque su ob­jeción es meramente instrumental. Que­rrían saber si la moción conjunta servirá para investir a Artur Mas. Y resulta que tampoco. Y dice el asombroso Rull que re­tó a los críticos a expresarse hoy donde to­ca, que si no sale investido Mas, habrá que ir a nuevas elecciones. «Vosotros veréis, con la carrera que llevamos», podría haber añadido para hacer más explícita la ame­naza.
CDC es un partido que históricamente se ha dotado de líderes pequeños y cabezu­dos. Y mangantes o menguantes. Vean la cuenta de resultados del presidente en fun­ciones: Después de los éxitos de CiU du­ rante los 23 años en que la condujo el Gran Defraudador, tuvo que llegar él para dejar­se madrugar en 2003 la presidencia por Maragall, con la ayuda de ERC e ICV en 2003, y en 2006 ¡por Montilla! Por fin se hi­zo con la presidencia en 2010, con 62 esca­ños.
El increíble hombre menguante acortó las legislaturas y acható la representación de su partido. En las de 2012 perdió 12 es­caños. Para las de 2015, había roto la coa­lición del 3% y tuvo que aliarse con la mis­ma Esquerra que le había dado dos veces la presidencia al PSC y con toda clase de populismos para alcanzar los 62 escaños que había conseguido en solitario cinco años atrás. ¿Qué líder aceptaría el cuarto puesto en una lista electoral? El partido que preside, Convergencia, había perdido 20 escaños más, quedándose en 30.
También ha perdido la capacidad de fi­nanciar a Cataluña, las agencias de rating le han degradado la deuda hasta el bono basura, no puede pagar á las farmacias y todas las   banderas estrelladas son incapaces de  tapar el latrocinio perpetrado con entusias­mo y maña durante los años de Gobierno del Chivo Pujol (homenaje a Trujillo) junto a Mamá Cabra Ferrusola y sus siete cabritillos, que en todos estos años han perdido el diminutivo y se han hecho mayores.
Ustedes imaginen que Mas fuera el presidente de una empresa y presentara el ba­lance descrito ante la junta de accionistas. Es seguro que le aconsejarían buscar em­pleo en otra compañía. Este es probable­mente el peor gobernante que han elegido España y sus autonomías en los últimos 40 años. Comparado con él, Zapatero parece Roosevelt. ¿Qué se hizo de la naturaleza in­dustriosa de ese pueblo, de sus emprende­dores? Els catalans, de les pedres en fan pans y uno tendía a creérselo, especialmen­te en estos últimos tiempos, habiendo com­probado que de materiales mucho más mo­destos han hecho un presidente, en un im­pactante homenaje al arte povera. No es casual que el Govern tuviera su reunión del martes en la sala Tápies, un precursor. Estén atentos a la reunión de hoy.

SANTIAGO GONZÁLEZ

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