Ada Colau
prometió que, cuando llegara al Ayuntamiento de Barcelona, haría las cosas de
una manera diferente. Sin embargo, está reproduciendo los errores de su
antecesor en el cargo, Xavier Trias.
La
alcaldesa de la capital catalana ha presupuestado 13 millones de euros para
gastar en «publicidad y propaganda» durante 2016, la misma cifra que destinó
el mandatario de CiU en su último ejercicio al frente de la ciudad. También en
el capítulo de dietas existe mimetismo, porque, tanto en el presupuesto de
2015 de CiU como en el de 2016 de Barcelona en Comú (BComú), se prevé el gasto
de dos millones de euros.
Además, la
alcaldesa ha superado a Trias en despilfarro en otras partidas relacionadas
con la burocracia. Las partidas de informes, estudios y trabajos técnicos suman
7,5 millones de euros, por los 5,3 consignados en las cuentas del nacionalista.
Estas
cifras resultan del todo incoherentes e incumplen lo anunciado por Colau
durante su campaña electoral. La hoy alcaldesa de Barcelona se comprometió
ante esa ciudadanía a la que prometió escuchar antes de decidir «reinvertir de
manera justa y eficaz millones de euros que se pierden en gastos excesivos
de publicidad». Pero, lejos de cumplir con su palabra, tras haber tomado el
poder, Colau está siguiendo el patrón de CiU, su teórica antítesis.
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