ORIOL JUNQUERAS aseguró ayer que le parece «monstruoso» que la
Justicia haya decidido citar a declarar a Artur Mas como imputado el día 15 de
octubre, porque esa fecha coincide con el fusilamiento de Iluís Companys en
1940. Las palabras del líder de ERC son reveladoras de la mentalidad del
nacionalismo catalán, aficionado a buscar agravios y conspiraciones en lo que
es una mera coincidencia.
Los dirigentes de Junts peí Si y de la CUP criticaron con extremada
dureza la decisión del Tribunal Superior de Justicia de Catalunya, que, según
su punto de vista, consideran una agresión que refuerza la necesidad de la independencia.
No se puede ser más sectario y parcial porque lo que resulta
sorprendente no es que la Justicia impute a Artur Mas, su vicepresidenta y una
consellera por haber instigado una consulta ilegal y por otros cargos, sino
que haya tardado diez meses en citarle.
Hay que recordar que la Fiscalía presentó el pasado 21 de noviembre
una querella criminal contra Artur Mas, en la que le acusaba de delitos de
desobediencia, usurpación de funciones, prevaricación y malversación de
caudales públicos. En síntesis, la Fiscalía argumentaba que el presidente de
la Generalitat y sus colaboradores habían desoído el fallo del Tribunal Constitucional
que suspendía la consulta del 9-N y que habían empleado recursos públicos para
llevarla a cabo, entre otros, el pago de urnas, papeletas y cartelería.
El propio Mas se jactó ante las cámaras de televisión de ser el
responsable de esa consulta ilegal, efectuada contra la prohibición expresa del
Constitucional. ¿Por qué se sorprenden ahora los nacionalistas de su citación?
¿Es que consideran que el Código Penal no está vigente en Cataluña? ¿Sugieren
que la Justicia tiene que mirar para otro lado?
Su reacción es sencillamente patética y corrobora que los
independentistas se creen legitimados para burlar las leyes y negarse a acatar
los procedimientos judiciales y las sentencias, como han venido haciendo con absoluta
impunidad.
A pesar de que el Gobierno albergaba dudas por motivos políticos, la
Fiscalía cumplió con su obligación de presentar esta querella, ya que es
imposible desconocer que Mas vulneró el Código Penal al desobedecer al
Constitucional. Será muy difícil que un jurista pueda argumentar de forma
convincente lo contrario.
Por ello, el Tribunal Superior de Justicia de Catalunya ha cumplido
con su obligación a pesar de la fuerte presión política ejercida por los
nacionalistas, que seguramente van a poner en marcha una estrategia para
presentar a Artur Mas como un mártir de su causa.
Conforme pasan las horas, parece cada vez más claro que Artur Mas no
va ser el próximo presidente de la Generalitat y que incluso sus días como
líder de CDC están contados. Pero ello no va a ser obstáculo para que este
procedimiento sea utilizado por el mundo indepen- dentista como un nuevo
motivo de confrontación con el Estado.
Mas es un cadáver político y lo que estamos empezando a ver es como
Oriol Junqueras y Raúl Romeva se disputan el cargo de presidente de la
Generalitat, para lo cual necesitan el apoyo de la CUP
Todo indica que uno de los dos presidirá el nuevo Gobierno que va a
dar un giro espectacular hacia la izquierda, como exigen la CUP y las propias
bases de ERC.
Ese Gobierno no va a tener fuerza para proclamar unilateralmente la
independencia, pero sí va a seguir avanzando en la hoja de ruta soberanista y a
agudizar el choque con las instituciones del Estado.
El todavía presidente de la Generalitat ha sido nefasto, pero los que
vienen podrían ser peores. No hay más que escuchar las intenciones de Antonio
Baños, el cabeza de lista de la CUP Más de uno de los que acudieron el pasado
domingo a las urnas a votar por la candidatura in dependentista se va a
arrepentir cuando el nuevo Ejecutivo que se está fraguando en Barcelona
empiece a tomar sus primeras medidas.