No hay nada más que discutir, nada más que
argumentar. El documento que hoy hace público EL MUNDO exime de toda
conjetura y hace imposible cualquier intento de escapatoria por parte de los
responsables del partido que gobierna Cataluña, con Artur Mas
en el mascarón de proa. Y convierte, además, en peliagudo el papel que le va
quedando a
Oriol Junqueras, cercado como está por el chantaje de Artur Mas
-«o concurrimos en una lista única o no convoco las elecciones para la
independencia»- y la evidencia de que el president emboscado está metido hasta
las cejas en la inmensa trama de corrupción que ha funcionado en Cataluña de la
mano de
Jordi Pujol.
Y ahora los miembros de ERC se ven
envueltos en una operación que les puede salir pero que muy cara. Habiendo
aceptado lss condiciones de Mas, habiendo admitido que acuda a los comicios
envuelto en la candidatura por delante y por detrás para
intentar que se diluyan ante los electores los problemas de su partido con la
Justicia, ahora se ven abocados a una situación imposible: o arropan a Mas en
este trance tan comprometido, con el precio seguro de verse considerados cómplices
de las tropelías de los convergentes, o se plantan mañana en el Parlament y
obligan al presidente a dar cuenta cumplida de sus manejos con el famosísimo 3%,
que al cabo de años de especulaciones
ha salido por fin a la luz. Y en ese caso, las perspectivas de la ya muy
dañada cohesión de esa lista unitaria quedarían definitivamente acabadas y los
sueños de victoria independentista de los republicanos pasarán al limbo de lo inalcanzable.
Así que han hecho un mal negocio sometiéndose a
las marrullerías de un Mas que ya se ve inexorablemente envuelto en los
múltiples casos de corrupción que acosan al partido nacionalista. En este
momento resultan patéticos los intentos del número dos de Convergéncia, Josep
Rull, argumentando que la Guardia Civil ha requisado documentos de alto valor
¡ideológico! Si se hubiera quedado en la más modesta categoría de documentos
con las tácticas electorales para el 27-S, el esfuerzo de Rull habría pasado
desapercibido pero se ha ido demasiado arriba, y ha situado los folios requisados
en el ámbito de lo grotesco, una vez constatado que las comisiones del 3%
eran el método de enriquecimiento del
partido y de sus dirigentes, capitaneados por Pujol y con Mas en el papel de
segundón.
Ocurra lo que ocurra el miércoles en la
comparecencia del presidente de la Generalitat, lo que no admite dudas es que
también ERC y su líder, Oriol Junqueras, quedarán inexorable y seriamente
dañados. Y, con ellos, sus sueños.
Victoria Prego
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