dimecres, 2 de setembre del 2015

1972-GERMÀ GORDÓ, A LA ACADEMIA

ME LLAMÓ Carmen Iglesias para decir­me que no podía contener su emoción an­te la lección histórica que acaba de impar­tir Germá Gordo, el consejero de Justicia del gobierno de Arturo Mas. Participo de la emoción de la directora de la Real Aca­demia de la Historia. El señor Gordo, re­conocido por todos por su sabiduría histó­rica, ha declarado que dentro de un mes, conquistada la independencia de Catalu­ña, la primera medida será reivindicar la soberanía catalana sobre el País Valencia­no, la Franja de Aragón, las islas Baleares y la Cataluña norte.

Arturo Mas se ha mostrado de acuerdo con su consejero y ha anunciado a los que le rodean, tras consultar con la debida do­cilidad a Oriol Junqueras, que dará órde­nes para organizar el Ejército de la Cata­luña independiente, con el fin de invadir Valencia, Baleares y Aragón, si es que es­tas Comunidades opusieran resistencia a los propósitos clarividentes de Gordó. Más tarde, los Ejércitos de Tierra, Mar y Aire de Mas invadirán también Francia para ocupar la Cataluña norte, es decir, el Rosellón y las cinco comarcas cedidas en 1659 por Felipe IV al Rey de Francia en el Tratado de los Pirineos.

Carmen Iglesias desea incorporar de for­ma inmediata al señor Gordó a la Real Aca­demia de la Historia. «Una Casa como ésta -ha declarado- no puede dejar fuera a un hombre de tan profundos conocimientos históricos». Seco Serrano se ha mostrado de acuerdo y ha subrayado la calidad de las investigaciones de Germá Gordó. Luis Suárez, si bien ha cometido el desliz de llamar al próximo académico, Germán Gordo, se ha rendido a su altura intelectual. Luis Al­berto de Cuenca ha ido más allá y ha com­parado al señor Gordó con Américo Castro, al que supera, según el escritor, en brillan­tez literaria y en rigor científico. Sánchez Asiaín, por su parte ha dicho que Gordó es muy superior a Claudio Sánchez-Albornoz en el entendimiento de España como enig­ma histórico. Juan Pablo Risi coincide con este juicio. Y en el mismo sentido se ha ex­presado Miguel Artola, Premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales.
Carmen Iglesias ha anunciado que con­vocará en sesión extraordinaria al pleno de la Real Academia de la Historia para acelerar el nombramiento de Germá Gor­dó porque está deseando que la Casa se honre con la presencia del eximio intelec­tual catalán. La directora discrepa, eso sí, de medidas de violencia como las adelan­tadas por Arturo Mas y sus anunciadas invasiones militares.

Germá Gordó se ha albriciado en la in­timidad por la reacción de los académicos a sus declaraciones. Está dispuesto a con­ceder a la Real Academia de la Historia el gran honor de aceptar incorporarse a ella como académico numerario. Exigirá, eso sí, que se suprima lo de Real y que la cor­poración se llame Academia de la Histo­ria a secas. Ha escrito, además, una senti­da carta a Manuela Carmena, la alcaldesa que, interrumpiendo sus sagradas vaca­ciones, ha anunciado su decisión de supri­mir el nombre del fascista Ramón Menéndez Pidal de una calle madrileña y susti­tuirlo por el de Germá Gordó. En el mundo cultural español, en fin, se han acogido con especial satisfacción las de­claraciones del consejero que trabaja jun­to al salvador de la patria, el caudillo cata­lán Arturo Mas, ese hombre.

Luis María Anson, de la Real Academia Espa­ñola.

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