Una de
las preguntas recurrentes ante el proceso independentista desencadenado por el
presidente Artur Mas alude al papel que han jugado los empresarios. Cómo es
posible que una gran parte del empresariado catalán haya asistido pasivamente a
su desarrollo, teniendo en cuenta que la independencia perjudicaría global y
drásticamente a la economía y que los empresarios no son, hablando en general,
ideológicamente partidarios de la secesión.
La
respuesta, concreta y metafórica, surge en gran medida de operaciones como la
que la guardia civil desarrolló en
diversas poblaciones de Cataluña. El foco mediático iluminó fundamentalmente al
administrador de Convergencia y de la fundación Catdem, el depauperado señor
Andreu Viloca, que fue detenido. Pero lo cierto es que la policía detuvo a 10
personas más, 6 de las cuales eran empresarios, y que se registraron empresas
de diversos municipios de Cataluña. Desde el año 2009, cuando se produjeron las
primeras imputaciones por el caso Palau. decenas
de empresarios han sido investigados por delitos relacionados con la corrupción
de Convergencia. Es decir, que la acción policial no se ha limitado a los que
supuestamente se beneficiaron de las comisiones, sino también a los
beneficiarios de ios contratos que esas comisiones facilitaron. La corrupción,
como todas las expansiones interesantes, es siempre cosa de dos.
Las
relaciones que se establecen entre corruptor y corrompido son bastante
similares a las del chiste del dentista y su paciente. No vamos a hacernos
daño. Es una exageración atribuir la obstinación en el proceso secesionista a
la necesidad de protección de los intereses corruptos de los dirigentes de Convergència. Pero la corrupción del régimen nacionalista, puramente sistèmica, ha influido decisivamente en el proceso. El independentismo no ha
surgido como una inesperada flor política al margen del sistema. Ha sido una
gran parte del sistema la que se ha movido pesadamente hacia el
independentismo. No ha sido la decisión de un partido nuevo sino el giro
inesperado de un viejo partido, deudor y acreedor al tiempo en una compacta
trama de intereses. La principal extorsión que Convergència ha
practicado con los empresarios ha sido la del independentismo. Pero solo porque
antes los extorsionó eficazmente con aquel porcentaje que, de forma muy
optimista, el Maragall visionario había cifrado en el 3%.
Arcadi Espasa
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada